La Edición Musical
Aunque la publicación de libros se inició en 1440 con la aparición de la imprenta de caracteres móviles, no fue hasta 1501 cuando el italiano Ottaviano Petrucci imprimió las primeras partituras, convirtiéndose así en el primer Editor Musical de la historia.
No era tarea fácil, ya que a partir del sistema de caracteres móviles, necesitaba una triple pasada para grabar pentagramas, notas y textos sucesivamente. Este procedimiento se extendió por Italia y después por Europa, incluyendo ciudades como Valencia, Barcelona o Alcalá de Henares. En el S.XVI destacaron imprentas en Núremberg, Maguncia, Amberes, París y Londres. Más tarde la edición experimentó un gran avance con la aparición de la calcografía ideada por S. Verovio, que abarató los costes de las ediciones en los siglos XVII y XVIII. Se fundaron importantes firmas en Leipzig (1719), Maguncia (1770), Viena y Mannheim (1778). Esta última editó, entre otras obras, las de los grandes clásicos vieneses.
Por fin, a partir del S.XIX las partituras llegaron al gran público gracias a la publicación de obras famosas a precios populares por parte de editoriales que se habían afianzado en el mundo de la música y de las cuales muchas continúan en activo y continuo desarrollo con las técnicas más adelantadas.
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