Buscando la inspiración en China y Japón.
El lejano oriente ha seducido al mundo occidental desde los viajes de Marco Polo, descubriendo un nuevo mundo al final de la ruta de la seda. Desde entonces, ésta carga de exotismo y misterio impulsaría aventuras como el descubrimiento de América, buscando nuevas rutas a los ricos reinos que baña el Océano Pacífico.
CHINA: Los primeros signos de cultura musical en China se remontan al 2.000 antes de nuestra era. Se trata de campanas de bronce y pequeños instrumentos de viento que nos hablan de una sofisticada artesanía y tecnología para el tratamiento de distintos materiales, del metal al bambú, la seda o la madera.
La música constituía una parte esencial de la vida en la China de la antigüedad, como lo refleja el hecho de que todos los filósofos destacaron los valores morales de la música para el buen orden y gobierno de las sociedades. La música china se atenía a una rígida estructura en la que cada una de las 12 notas (o lüs) estaba asociada a proporciones de peso y medida. En base a ellas se construían y afinaban los instrumentos, estableciendo distintas escalas como la pentatónica (que suena como las teclas negras de un piano) como base de sus composiciones.
Con el tiempo, éste refinamiento se traduciría en una música culta y cortesana, diferenciada de una tradición musical popular, que daría lugar al surgimiento de artes escénicas musicales como las óperas chinas.
«La música del alma puede ser escuchada por el universo.» (Lao Tú)
JAPÓN: El relativo aislamiento geográfico del resto del continente asiático del archipiélago del Japón sirvió tanto para elaborar una cultura propia y diferenciada, como para empaparse de las civilizaciones vecinas, sean China, Manchuria o Corea.
Su historia musical no es tan antigua como la de China, pero ha sabido refinar y depurar unos elementos que la caracterizan. Ejemplo de ello es la música cortesana o Gagaku, término que se traduce como música elegante.
Otras formas escénicas propias de la música clásica japonesa son el teatro u ópera No, las marionetas, o el teatro Kabuki, que incluye en sus representaciones a músicos, bailarines y cantantes.
PRÓXIMAMENTE LA SEGUNDA ENTREGA DE ESTE INTERESANTE ARTÍCULO
Fuente: Club Internacional del Libro
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