Fabricando el Do Re Mi de toda la vida.


El origen de las notas musicales data de las primeras décadas del Siglo XI, cuando el monje benedictino Guido d’Arezzo (995-1050), considerado el padre de la música, usó un himno que se solia cantar en las visperas de la celebración de San Juan Bautista, titulado “Ut queant laxis” y es atribuido a Pablo el Diácono.
- “Para que tus siervos puedan hacer resonar a pleno eco lo maravilloso de tus gestas, limpia los labios impuros San Juan”
D’Arezzo tomó las primeras letras de cada párrafo para crear éstas notas.
Este himno tenía la particularidad de que a cada estrofa iba subiendo la entonación que se debía realizar, por lo que era perfecto para las intenciones del monje.
El himno es el siguiente:
Ut queant laxis
Resonare fibris
Mira gestorum
Famuli torum
Solve polluti
Labii reatum
Sancte Iohannes






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